El amor no es para los románticos (Concurso de Relatos Breves San Valentín 2013)
Querido Eros*: Te escribo para preguntarte el motivo de tu desaparición de este gran negocio que es el amor. La primera vez que reparé en tu ausencia fue cuando ese sentimiento inefable llamo a mi puerta y se introdujo en mi cabeza, nublándome las ideas e impidiéndome pensar con claridad. Mi mundo solo podía girar alrededor de ella, haciendo de mi vida una noria de frustración e inseguridad, llegando al punto de poder entender la amargura de los poemas de tus amigos Lorca y Neruda.
La quise conquistar sin siquiera saber conjugar el pretérito imperfecto del verbo amar. Dándome cuenta de que si quería ser romántico, me había equivocado de siglo al nacer.
A ella por su parte siempre le fascinó la idea de escapar de los problemas en casa para vivir una vida sin disputa ni gritos, soñando con terminar el Bachiller para mudarse a esa lejana facultad. Ella es como ese viento cálido que anuncia la tormenta, o como ese olor a lavanda y sándalo. Siendo así mi propio paraíso terrenal, donde su cuerpo es la fruta prohibida, y su rechazo es la expulsión del Edén.
No existe día que deje de pensar en ella. Arropándome entre sueños e ilusiones, y esperando a que mi mente deje de funcionar, para poder guiarme únicamente por la fuerza de mis sentimientos.
Pero parece que mi felicidad no estaba en tus planes ¿No es así, Eros? Tras reunir la suficiente valentía para poder transmitirle mis sentimientos, hubo solamente un lo siento por respuesta.
Es increíble que dos únicas palabras sean capaces de hacer tanto daño en un cuerpo como el mío. Entendiendo que el amor, al igual que la muerte, no entiende ni de razas ni de sexualidad, haciendo que cualquier persona sea presa de ese sentimiento tan odioso para mí, o tan querido para otros.
Y esta es mi historia mi odioso amigo Cupido. Cualquier persona que sepa de tu existencia pensara que conoces todas las historias de amor que se desarrollan en el mundo. Incluso yo también pensaba que tú, siendo el causante de mi afecto hacia ella, eras el responsable de mi declaración y de su amargo rechazo. Pero tras mirar al mi alrededor y ver como son las relaciones de hoy en día llegue a una conclusión. Dejaste tu trabajo como Dios del amor, cansado de que el mundo te odie por ser el causante de sus fallidas relaciones con las personas que amaban.
Te preguntaras como llegué a saber de tu ausencia en tu puesto divino. Me di cuenta cuando pude ver lo que el mundo entiende por amor actualmente. Tras ver una pareja de supuestos enamorados sentados en un banco besándose con una intensidad casi cegadora ¿Acaso eso es amor? Es decir El amor que sentía por ella no se podía medir, el hecho de cruzar una mirada, sentarme junto a ella, o solamente imaginármela durmiendo al lado de mí, hacia que mi alrededor dejara de existir. Soñaba con mantener una simple conversación con ella. Eso era lo que hacía que me levantara cada mañana.
¿Acaso eso es lo que sienten todas las parejas que hay a mi alrededor? ¿De verdad puedo llegar a creerme que una relación de amor y odio como la que tenían esa pareja en el parque era igual que la que yo quería tener con ella?
El tiempo me dio la respuesta. Dos semanas después de ver a esa pareja, volví a ver a uno de ellos, estando con otra persona, besándose igual de intensamente que pude ver dos semanas atrás. No pude concebir la idea de que un amor tan intenso que aparentaban tener en el pasado, allá cambiando tan drásticamente. Y tras varios días pensando, entendí que habías dimitido, y que el amor de hoy en día no va en forma de flechas. Si no que solo existe el amor por la el sentido de la vista, juzgando por una apariencia exterior que se aleja demasiado de lo que son las personas en su interior.
Espero pronto tu respuesta.
Firmado: Fran.
*Eros: Dios del amor en la cultura griega. Comúnmente conocido como Cupido